La tarjeta postal, entre el flyer premium y el artículo de colección

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Una postal siempre ha sido un medio de comunicación con connotaciones alegres. De llevar un mensaje, éste se lee rápidamente, es un lema, un saludo. La tarjeta postal es un producto de imprenta que rara vez se usa para otra cosa que no sea transmitir un mensaje positivo.

Su formato y sus características visuales nos atraen irresistiblemente hacia el expositor o el montoncito gratuito que encontramos en multitud de negocios de proximidad. Esto las convierte en un excelente reclamo publicitario que cuenta con décadas de trayectoria exitosa a sus espaldas (y que no tiene pinta de agotarse).

La impresión online te lo pone en bandeja, combinando una plataforma de diseño accesible e intuitiva con tu completo control sobre todo el proceso. Puedes hacerte con unas tarjetas postales que supongan un gran impacto publicitario para tu negocio fácil y barato y, por qué no, que lleguen a convertirse en un anhelado objeto de colección.

Una tarjeta de presentación que tu cliente querrá compartir

La postal nació sin intención publicitaria en Alemania (1870) pero evolucionó muy rápido: ya en la exposición universal de París (1889) se repartieron las primeras postales gratis con la imagen de la torre Eiffel. En la década siguiente una empresa belga decidió diseñar expositores y proponer a las empresas publicitarse a través de las tarjetas postales gratuitas.

Date cuenta de que quien se topa con la tarjeta de visita tu empresa o con un flyer, no siempre coge solo una unidad; si es atractivo, coge un puñado e incluso lo distribuye estratégicamente. Allá va tu imagen corporativa, de mano en mano, de mano a buzón, de buzón a pared. Incluso es posible que recoja unas palabras de tu buzonero improvisado (que serán tu mejor eslogan).

Que tu mensaje corporativo vuele como el correo del zar no es difícil: la imprenta online es la vía más directa que encontrarás hoy en día. La tienes en tu ordenador, en casa o en la oficina, puedes compartir las ideas con quien sea, esté donde esté, hacer pruebas y ordenar tu pedido sin moverte de la silla. Ni Miguel Strogoff, oiga.

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Un flyer premium ¡y coleccionable!

En tu tarjeta postal podrás incluir tu lema, fotos, logo, datos útiles o el diseño del producto que quieras, o una atractiva combinación si tienes cierto talento creativo. Y si no lo tienes, la tecnología te brinda aplicaciones de diseño intuitivas que te lo ponen facilísimo para imprimir online justo lo que tienes en la cabeza.

Como vemos, una postal publicitaria no es solo un soporte de información que consideras práctica, como la dirección de contacto de tu negocio o la fecha de un evento; también estamos proyectando nuestra imagen en un formato compacto y seriable. No es poca cosa: ¿qué pasa si se convierte en un objeto visual atractivo en sí mismo? ¿Qué pasa si creas una serie que ayude a dar identidad a tu marca?

Nuestro consejo es: cubre todas las opciones posibles. Utiliza un diseño llamativo y representativo, pero no dejes de añadir un código QR y el enlace a tu página web o a tu negocio en línea. Puedes incluir un sello franqueado para que tu potencial cliente te la devuelva, y habrás convertido otro lead. ¿Suena bien? Y es que, en estos tiempos digitales, enviar una postal es todo un placer… Y más, si es gratis.

Una imagen de calidad por delante

Si te fijas, el punto de contacto entre la publicidad y el coleccionismo es la calidad; la que se supone que debe tener un artículo con cierto valor artístico, y la que se supone que queremos asociar a nuestra marca. Para dejar claro que eres ese establecimiento hotelero ideal, para ilustrar la excelente exposición de tu galería de arte o para impactar a tus clientes con la personalidad de tu local de ocio.

En se sentido merece la pena prestar atención a la elección del tamaño, del material de soporte (el tipo y el gramaje del papel), de las tintas (aprovecha para lucirte, sea en mate o en brillo) y de los acabados (¿mejor un barnizado UV, o prefieres un estampado en relieve?). Para decidir, ten presente el tipo de campaña al que destinarás la tarjeta postal: imprime acorde al público objetivo y al producto o el mensaje que quieres transmitir.

¿Tienes ya tu tarjeta postal en mente? Comienza a probar tus diseños con la opción de “prueba en pantalla”de nuestra imprenta online, con decenas de ejemplos, tutoriales paso a paso, plantillas y otras opciones que tal vez ayuden a mejorar tu idea inicial. Y no te preocupes, que tu mensaje llegará; y probablemente, más y mejor de lo que te esperas…

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