Obsequios para clientes: ¿cuál elegir?

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Si elegir un regalo para nuestra pareja puede ser complicado, la cosa no se vuelve mucho más fácil cuando queremos regalar algo a nuestros clientes. Algo que sea significativo, claro, pero que no consuma todo nuestro presupuesto anual de publicidad.

Es un viejo dilema para el que, te tranquilizamos desde ya, no existe una solución perfecta. Es decir, cada organización ha de buscar, tras una pequeña investigación, ese elemento que cumpla con su objetivo, es decir, dejar una impronta positiva en el cliente, a partir de un coste moderado.

Desde luego, las posibilidades son numerosísimas (¡y eso no lo hace más sencillo!). Casi cualquier objeto es susceptible en convertirse en un obsequio para clientes. En este artículo encontrarás, tras una pequeña guía para saber hacer la elección adecuada, una selección de regalos promocionales que, con un poco de suerte, te servirán de inspiración.

Las bases para hacer una buena elección

Las reglas de oro del marketing de producto pueden aplicarse, salvando las distancias, para el caso que nos ocupa; no queremos vender un producto, pero sí dar una imagen de marca, la nuestra, mediante un producto. Mandar un mensaje mediante un elemento tangible y en principio estándar. Y ello requerirá cierta investigación de nuestro target: ¿ya son clientes? ¿Tienen un perfil definido? ¿Qué valor queremos ofrecer, y a qué precio?

A poco que pensemos, seguro que a todos se nos ocurre un regalo promocional que se ha convertido en un “imprescindible”, bien sea porque lo hemos usado mucho, porque lo hemos tenido justo en el momento adecuado, porque lo hemos visto hasta la saciedad… en caso es que nos ha ayudado a fijar una marca y su identidad en la cabeza. Ha cumplido su función.

La idea es, naturalmente, que el obsequio para clientes hable de nosotros. Esto va más allá de incluir nuestro logo (que en muchos casos será muy efectivo), y con frecuencia se apuesta por una presencia más sutil en objetos prácticos y cotidianos, o bien decorativos… Lo importante es que nuestra imagen tenga una impronta positiva en las cabecitas y los corazoncitos de nuestros clientes y amigos.

A continuación te presentamos una pequeña selección de objetos personalizables habituales (o no tanto) como regalos para clientes.

Imanes

Clásico entre los clásicos, el imán destaca por su estratégica ubicación en lugares como la puerta de la nevera, por lo que resulta ideal para negocios vinculados con ese espacio (principalmente de alimentación o comida a domicilio) y suelen incluir información práctica (como un teléfono de contacto).

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Agendas

Herramienta por antonomasia de los comerciales de ventas, las recepciones de clientes y los despachos, pocos objetos resultan tan útiles y ofrecen mayor visibilidad que estos compactos cuadernos en los que hay espacio tanto para anotaciones como para gráficas promocionales. El rey del material de oficina.

Gorras

Hablando de visibilidad. Hubo un tiempo en que numerosas marcas (desde la banca a los productos fitosanitarios agrarios) se daban a conocer a través de gorras y camisetas de manera generalizada. Sin haberse ido nunca de algunos mercados, este producto (y sus parientes en forma de mochila) ha sabido llegar también a muchos otros.

Pendrives

Las memorias USB tuvieron su boom a finales de la primera década del siglo XXI y se han convertido en un recurso habitual en negocios de oficina. Da una imagen de marca moderna y sofisticada que aporta valor a sus clientes. Seguro que te han regalado alguno que usas constantemente…

Cintas métricas

Pocas cosas se han empleado y se emplean más en nichos especializados como los productos y tiendas de costura y los servicios y tiendas de construcción en un sentido amplio. En un claro caso de apostar por una publicidad bastante directa en un soporte sólido y duradero.

Bolsas

Un obsequio para cliente de bajo costo y alta visibilidad, que cuenta con un claro valor añadido: en materiales textiles y reciclados es una clara apuesta por un consumo más responsable. Perfecto para negocios de alimentación, de productos de higiene y belleza, para promoción institucional, etc.

Raspador de hielo

Una idea promocional que no falla es apostar por un obsequio que se haga presente en un momento de necesidad. Un buen ejemplo sería un raspador de hielo para la luna de los vehículos de nuestros clientes, garantizando que vendremos a su memoria asociados a la solución de un problema.

Llavero

¿Por qué el llavero siempre ha sido y será uno de los obsequios a clientes más universales? Bueno, se usa a diario y con frecuencia y se asocia con un objeto personal importante (las llaves, el hogar, el coche). Merece la pena esforzarse en el diseño para que no sea un llavero del montón.

Posavasos

Lo traemos a colación como ejemplo de un tipo de objeto muy característico: el coleccionable. En estos casos el obsequio puede tener cierta utilidad, pero es secundaria, siendo lo más relevante que el objeto se almacena, tanto física como emocionalmente, en el cajón de “objetos preciados”.

Calendario

¿Os pensabais que nos íbamos a olvidar? Imposible: tenemos uno delante mientras escribimos. El obsequio por excelencia de las imprentas, pero también de los talleres, las gestorías y un largo etcétera de negocios que apuestan por un elemento práctico, con mucha presencia en el hogar y cualquier espacio de trabajo relacionado con la administración.

Galletas

Un obsequio diferente, con dos características diferenciales. Por una parte, es perecedero; por otra, se asocia a momentos de bienestar y placer. Con el “bono” de que la caja suele guardarse y convertirse en parte del ajuar familiar; y con ella, nuestra imagen. Ideal para productos relacionados con el consumo del hogar y pequeño comercio.

 

¿A quién no le gusta que le regalen algo?

Los obsequios a clientes son, además de nuestra tarjeta de visita ante el mundo, un gesto de aprecio y proximidad que nunca pierde su fuerza. Nunca una inversión tuvo un retorno más seguro; quizás difuso, pero seguro.

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