Las virtudes del roll-up

Roll up con zócalo

 

Si hay un elemento que triunfa entre lo que solemos llamar “dispositivos de exposición” en publicidad de exterior, ese es el roll-up banner. Práctico, efectivo y visual, en los últimos años se ha convertido en una herramienta indispensable de cualquier empresa o negocio para hacerse visible ante el mundo.

El roll-up es un pequeño universo en sí mismo. ¿Sabes qué es exactamente? ¿Cómo y cuándo apareció? ¿Qué tal se te da montar uno? ¿Conoces todos los modelos que existen? ¿Para qué puede usarse un roll-up? En este texto contestamos a estas y a otras preguntas. Sin chistes fáciles sobre rollos o enrollarse, lo prometemos.

Definiendo el roll-up

Aunque la denominación en inglés está más que establecida, el término más adecuado en español sería “expositor enrollable”, que define perfectamente el mecanismo de funcionamiento de este dispositivo: es un póster enrollable que se guarda en un armazón y que incorpora un soporte desmontable.

Parece que este display se inventó en Suecia en 1993 en un afán por poder reutilizar un póster en diversas ocasiones sin tener que doblarlo ni que resultase dañado en los traslados. Pero eso no pasa de ser un tubo… Al incorporar un sistema de montaje fácil nació el verdadero roll-up. Hay que ver cómo son estos suecos.

En cuanto a tamaños, hay una importante diversidad, pero suelen oscilar entre el tamaño de sobremesa (210 x 297 mm, un DIN A4) y el gran formato (2000 x 3000 mm). Respecto a los materiales, lo más habitual es el banner lite de 200 micras (polipropileno traslúcido, con resistencia a desgarros y salpicaduras) o tejido de vinilo (especialmente indicado para exteriores por su aguante a la tracción, los rayos UV y el agua).

¿Y cómo funciona?

Aunque hoy en día existen modelos distintos, en principio el roll-up está compuesto de una base o zócalo, un mástil de soporte una varilla superior de sujeción (también llamada guía). En los modelos más grandes se suele emplear además un armazón trasero en forma de cruz formado por dos finas varillas extensibles.

En la base se aloja la propia gráfica (o sea, el póster), que se despliega con facilidad gracias a un resorte de muelle. El mástil es suele componerse de varias piezas que se montan con facilidad y sobre el que se sostiene, en perpendicular, la varilla de sujeción a la que se engancha la parte superior del póster.

Roll up de exposicíon

 

Su montaje es sumamente sencillo. Aquí te presentamos los pasos a seguir para empezar desde cero:

  1. Se abre la guía y se fija en ella la parte superior de la gráfica.
  2. Se enrolla la gráfica alrededor de la guía con la cara visible hacia dentro.
  3. Se abre el zócalo y se fija la parte inferior de la gráfica al mismo (normalmente mediante una cinta adhesiva). Se comprueba que la gráfica hace su recorrido correctamente.
  4. Se ponen las patas al zócalo, se monta el mástil y se coloca sobre este.
  5. La prueba final: se extrae la gráfica tirando de la guía y se fija en la parte superior del mástil mediante una pestaña.

Esa es la teoría y, si bien la realidad es que formatos hay muchos, el montaje suele ser prácticamente idéntico en todos los casos. En nuestra imprenta online, por ejemplo, ofrecemos una gama de siete modelos diferentes y todos ellos son sumamente similares en cuanto a montaje se refiere.

Casos de uso del roll-up

¿Para qué se usa o se puede usar un roll-up? Si bien las opciones tienden a infinito, hay una serie de casos de uso clásicos, por así decir. Entre ellos:

  • Stands temporales en ferias de muestras.
  • Exposiciones en congresos y encuentros.
  • Presentaciones educativas, comerciales o académicas.
  • Eventos festivos y celebraciones.
  • Puntos de venta o información.
  • Zonas de recepción de clientes.
  • Actos promocionales o inauguraciones.
  • Apoyos visuales para campañas promocionales.

En definitiva, cuando queremos usar un dispositivo publicitario en un emplazamiento temporal, hacer una rotación habitual de contenidos o dar una información complementaria, el expositor enrollable resulta una opción muy a tener en cuenta. El límite, como suele ocurrir en publicidad, es el cielo o el que ponga tu imaginación…

Práctico, efectivo, visual: las claves del éxito

Y es que, estaremos de acuerdo, hoy su uso se ha generalizado en casi cualquier tipo de negocio o acto multitudinario. Esto se debe a que, entre los numerosísimos soportes publicitarios que existen, el roll-up cuenta con varias características que nos ofrecen exactamente lo que buscamos cuando de practicidad, efectividad y visualidad se trata. Esas son las claves de su indiscutible éxito.

La posibilidad de almacenar una gráfica de forma segura (y fácil) para utilizarla una y otra vez, de transportarla con facilidad y ligereza, y de montarla sin grandes complicaciones en un par de minutos como mucho son los triunfos prácticos que hacen del roll-up uno de los recursos más queridos por las agencias de display marketing.

Cuando hablamos de efectividad nos referimos a la posibilidad de desplegar en cualquier lugar y de manera rápida nuestro logotipo, la presentación de nuestro último producto o la información esencial de nuestra exposición. De presentar a una audiencia potencialmente enorme nuestra imagen de marca.

El componente visual, en especial cuando apostamos por una impresión de calidad, está en el meollo de todo. Además, los roll-up de última generación incorporan características que los hacen más atractivos que nunca, tanto para la audiencia como para el propio usuario del roll-up. Las gráficas intercambiables o la incorporación de iluminación led son dos claros ejemplos en los que el roll-up despliega todos sus encantos.

 

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