Imprimir un tríptico… ¿qué tiene de bueno?

imprimir un tríptico

Hoy, el protagonista de nuestro blog es el tríptico. Un protagonista en principio humilde como producto de imprenta, sí… Pero que levante la mano el que no haya tenido uno en la ídem. Seguro que te acuerdas fácilmente de alguno de ellos, y es más, nos atrevemos a suponer que ahora mismo tienes dos o tres no demasiado lejos, tal vez al alcance de la vista…

Así que sí, humilde por su naturaleza sencilla y su precio más que asequible, pero uno de los soportes en papel que más impacto promocional e informativo encierran; si lo piensas, el 50 % más que un díptico y el triple que un flyer. ¿En qué se diferencia de ellos? ¿Para qué conviene utilizarlo?

Con ustedes… ¡el tríptico!

El tríptico pertenece a la gran familia de los folletos (en la que también están los dípticos, las octavillas y sus primos guiris los flyers, además otros elementos desplegables más complejos, como los que se emplean en planos plegables). Tienen en común ser formatos muy simples y sintéticos con el doble propósito de ejercer como reclamos publicitarios y transmitir informaciones de manera breve y secuencial.

Estructuralmente hablamos de pliegos que aproximadamente tienen el tamaño de un DIN-A4 y se dividen en tres partes que se pliegan en acordeón (o de otras maneras, en los modos llamados envolvente y cruzado), resultando seis carillas que se ven en un orden predeterminado. Así podemos contar una historia (la nuestra), y en el orden que queremos hacerlo.

Habitualmente se considera al tríptico uno de esos productos de imprenta “poco nobles”, como de usar y tirar, frente a por ejemplo el libro o la tarjeta de visita, pensados para conservarse largo tiempo. En realidad, eso depende de lo que tú prefieras y de tus necesidades; no es lo mismo un evento puntual que una carta de un restaurante…

Un formato con mucha tradición

Tal vez estás pensando que el tríptico y su estructura obedece a una simple cuestión práctica de optimización y aprovechamiento del espacio. Ni mucho menos; el tríptico tiene detrás una larga tradición simbólica y artística que te ayudará a entender su naturaleza (¡y que te llamará mucho la atención si te interesa la perspectiva del marketing!)

Hoy en día tendemos a olvidar que el concepto de tríptico procede de la tradición pictórica sacra medieval, cuando se hizo popular por varias razones. Por un lado está la importante carga simbólica del número 3 en el cristianismo (y fuera de él). Por otro, nos da toda la facilidad práctica para proteger y transportar estos “relatos dibujados”.

Además, “partir” una obra artística o un mensaje en tres partes es un recurso típico para transmitir un mensaje con éxito desde tiempos clásicos y que da muy buenos resultados (el tricolon de toda la vida, vamos). Una buena forma de atraer al lector/cliente de forma paulatina haciendo crecer su interés… Así se convirtió en un formato bajomedieval y renacentista muy apreciado (que se lo pregunten a El Bosco) y presente todavía hoy en los retablos de las iglesias.

que es imprimir un tríptico

¿Qué tríptico?

Si crees que con decir “bueno, voy a imprimir un tríptico online” lo tienes todo hecho, te equivocas. Tienes ante ti la tarea de tomar unas cuantas decisiones (tranquilo, que nosotros te ayudamos). Tal vez la más importante sea la selección y la organización del contenido, pero ahí poco podemos decirte… Solo una regla de oro: a veces, menos es más.

Pero cuando hablamos de aspectos formales y técnicos, ahí sí, estamos en nuestra salsa. Te recomendamos que para elegir tamaño, formato, papel, tintas, etc. tengas en cuenta tres factores básicos:

  • Propósito: ¿para qué es el tríptico? No es lo mismo anunciar una exposición fotográfica que conmemorar el centenario de un monumento, promocionar un alojamiento rural que presentar los servicios de un centro docente.
  • Proporción texto-imágenes: En función de esta proporción deberás optar por papeles más fuertes y tintas de mayor calidad, si hablamos de trípticos con muchas imágenes, o si puedes ir papel offset básico y a blanco y negro.
  • Durabilidad: Si pretendes que tu tríptico tenga larga vida, que pueda ser examinado por muchas manos o que se convierta en un objeto coleccionable, apuesta por detalles diferenciales: acabados en relieve en seco o puntas redondeadas, por ejemplo.

Una vez establecidos estos tres factores te será mucho más sencillo emplear los menús desplegables de nuestra web, que te van guiando a lo largo de todo el proceso y dándote acceso a la información necesaria para que puedas diseñar y diagramar tu tríptico con todas las garantías de éxito, hasta que des con lo que necesitas.

Tres partes, muchas ventajas

¿Cuándo y por qué elegir un tríptico y no a otro miembro de la familia? Porque, no nos engañemos, si el mensaje es sencillo y directo, mejor un flyer… Pero si tienes más que contar, por atención que esto te interesa.

Volvemos a insistir en que el plegado, que es el carácter esencial del tríptico, le aporta su principal virtud; la secuenciación. Elegir un lado interior y otro exterior, una portada y una contraportada, incluir las ideas principales en el centro y las más secundarias en las solapas nos ayuda a comunicar con mucha claridad ideas complejas.

Su tamaño, que cabe perfectamente en un bolsillo, permite sin embargo incluir una cantidad considerable de información. Esta doble virtud es la causa última de su popularidad desde hace más de un siglo: dice mucho y ocupa poco. Permite mostrar, por ejemplo, un programa completo de fiestas patronales o describir todo el proceso de venta inmobiliaria.

Al ser un elemento desplegable, podemos permitirnos colocar elementos visuales (imágenes o diagramas) mayores que en otros formatos. Además, si elegimos bien los materiales (papel de hierba, papel de lino o papel oro, por ejemplo), obtenemos un resultado lo suficientemente sólido como para que el tríptico pueda convertirse en un objeto duradero.

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