Impresión digital: marketing de guerrilla y publicidad de calle

¿Quién no recuerda aquellas impactantes campañas multiculturales de United Colors of Benetton o el eslogan “Metro de Madrid, vuela”? Pues esta data de 2006, y las primeras tienen la friolera de treinta años. Lo que queremos decir con ello es que la publicidad de calle tiene una capacidad de impacto fenomenal.

Pero este texto no trata sobre eso (exactamente). Queremos hablarte de la ecuación que forman publicidad de calle y marketing de guerrilla, una ecuación que si se domina bien puede tener un efecto fabuloso en tu imagen de marca y en tus campañas publicitarias.

¿Por qué la publicidad de calle tiene tanto impacto?

La publicidad de calle, llamada de una manera más técnica “publicidad en la vía pública” (y street marketing si nos ponemos más anglosajones), engloba todas aquellos formatos y soportes ubicados en exteriores, a la vista del público en general, o en espacios privados donde se desarrollan eventos de masas. Estaríamos hablando de carteles, vallas publicitarias, folletos, rotulaciones fijas o de vehículos, banderolas, lonas y un largo etcétera.

Entre sus principales ventajas destacan su altísima visibilidad, su continua exposición, su excelente relación en términos de CPM y su alcance de audiencias habitualmente ajenas a otros métodos publicitarios. Ha demostrado ser un gran complemento, dentro de campañas publicitarias más amplias, en diferentes momentos del itinerario de cliente, aparte de su efectividad por sí misma.

Su capacidad de impacto tiene mucho que ver con varios factores. Por un lado, depende mucho de saber usar este tipo de publicidad de manera estratégica, ubicándola en el lugar preciso y utilizando el soporte adecuado. Por otro, es esencial emplear un lenguaje visual potente y compacto para conseguir atención y reconocimiento, dado que este soporte no es el más indicado para argumentaciones largas y complejas.

Marketing de guerrilla: la publicidad basada en el ingenio

El segundo componente importante en esta ecuación es el conocido como marketing de guerrilla. ¿Sabes lo que es? El principio fundamental es apostar por la creatividad en nuestra producción publicitaria en lugar de por las grandes inversiones. Medios no convencionales, enfoques novedosos y, ante todo, un acercamiento diferente al consumidor son los pilares de esta forma de hacer publicidad.

La publicidad de calle es solamente una de las herramientas que pueden utilizarse en el marketing de guerrilla en combinación con otras acciones, como la comunicación visual, los eventos, las campañas viales… Pero es sin duda una de las herramientas preferidas, que encaja perfectamente en la filosofía por su versatilidad a la hora de ponerse creativo, su coste relativamente bajo y su capacidad de generar awareness.

Pero el marketing de guerrilla implica ante todo, no renunciar a ningún recurso a nuestro alcance para dar a conocer nuestra imagen, nuestro producto y nuestros servicios. Es posible vivir fuera de los medios convencionales, como la televisión, hacerse un hueco en los medios masivos, como la primera página de Google, ganar visibilidad con el viejo y a con frecuencia minusvalorado boca a boca.

Marketing de guerrilla y publicidad de calle: ejemplos de perfect match

Vaya por delante que, si tuviésemos el secreto del éxito con el marketing de guerrilla no nos dedicaríamos a la imprenta online, sino que montaríamos una agencia de publicidad; nadie dijo que fuera sencillo triunfar con cualquier campaña de este estilo, no siempre se alinean los astros. Lo que sí podemos es darte unos cuantos casos en los que ambos conceptos casan perfectamente.

  • El MUPI es, junto con los grandes carteles publicitarios, el rey. Las marquesinas del transporte público, en concreto, tienen la el plus añadido de la larga exposición (uno no pasa por delante, se para delante); apuesta por ellas.
  • La rotulación de vehículos, mediante vinilo principalmente, es otra apuesta segura en cuanto a visibilidad, pero debes asegurarte de que la imagen y el mensaje son impactantes o no pasarán de ser uno del montón.
  • Las postales gratuitas que se estilaban hace un par de décadas (y que están volviendo, como todo, con la ola nostálgica de los millennials) eran un soporte publicitario impreso nada agresivo y muy apreciado, estéticamente muy rico y que llegó a convertirse en coleccionable.
  • En las lonas de fachada encontramos a la vez un gran formato (burro grande…) y un espacio para sorprender y cautivar, no solo a través del tamaño, sino también (y sobre todo) a través del recurso a lo inesperado.
  • Para algunos segmentos de audiencia considerados “alternativos”, el formato lo es todo. El impacto de las pegatinas y los flyers en la urban fashion o los eventos underground no tiene parangón ni se obtiene por medios más caros o visibles.

¿Cómo potenciar una campaña de guerrilla basada en publicidad impresa?

Para terminar, recuerda que uno de los principios de la filosofía marketoguerrillera es emplear diferentes recursos y canales. Así, desde esta perspectiva, lo ideal es combinar la publicidad exterior impresa con otras formas de promoción. Aquí tienes algunos casos habituales para inspirarte a la hora de idear lo más adecuado para el tuyo.

  • En un evento callejero “espontáneo” (una actuación gratuita, una flashmob, por ejemplo) podemos apoyarnos en banderolas para delimitar el espacio y en el reparto de merchandising impreso con un icono atractivo que recuerde el evento (y de paso nuestra marca).
  • Si hacemos una campaña viral en internet tipo mockumentary con un buen eslogan, reproducir ese eslogan en gran formato en lugares estratégicos puede multiplicar el efecto de esa campaña a nivel de calle.
  • La venta a puerta fría puede ganar en calidez gracias a una campaña preparatoria con las clásicas tarjetas de visita como elemento central, empleadas de una manera original que predisponga positivamente al cliente potencial a, por lo menos, abrir la puerta.

El cielo es el límite

Cuando se combinan marketing de guerrilla y publicidad de calle, todo es posible. O casi. Lo que está claro es que no todo está hecho ya, ni mucho menos. ¡Explora y expande tus límites!

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